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¿Qué es lo que quiero? ¿Quién lo quiere?: “La guay” y “la chunga”




Siguiendo con el “fotograma a fotograma” de los personajes de Sión, quería compartir aquí uno que, en mi caso, me ha resultado especialmente interesante y escurridizo, al cual lo he llamado “el juez de la chunga” (para qué vamos a andarnos con rodeos ¿verdad? ;) )

Bien, la cuestión es que uno crea una imagen de lo que considera que debería ser. A esa imagen, como podéis ver en el dibujo, la he llamado “La Guay”, y ésta quiere ser de una determinada manera: unos querrán aparecer ante los demás como inteligentes, cultos, otros como buenas personas, los de más allá como fuertes, con personalidad, que nadie se ríe de ellos, que no les importa lo que digan los demás, que somos originales, modernos... etc. En fin, cada uno tiene sus imágenes de lo que considera que está “bien” y lo que está “mal” para él/ella. 

Pero, como en este mundo de dualidades no existe una pila que funcione sin sus dos cargas opuestas, todas estas imágenes que deseo, tienen su contraparte, su opuesto. Es decir, una persona insegura, que no lucha por lo que es suyo, que se deja comer la merienda, que es ignorante, enfadica, agresiva, temerosa... en fin, de nuevo cada uno tiene sus “debilidades”.

Como hemos decidido que “La Guay” me hace sentir “bien”, automáticamente, “La Chunga”, que es como he llamado a su contraparte, me hará “sentir mal”, pues he decidido que esas actitudes son negativas. Les he puesto una carga. Así que, voy a elegir hacer cosas para no sentir a “la chunga”. Es posible que haga cosas que no me gustan, solo para no sentir esa vocecita interior que me dice: “te estás dejando comer la merienda, no luchas por lo que es tuyo, eres muy agresiva, tienes que ser más calmada con los demás, eres una cagueta, te da miedo la gente... etc.” Por ejemplo, es posible que te veas "luchando" por conseguir algo que, en realidad, no quieres, pero luchas por ello para no sentir esa voz interna que te dice que tienes que pelear por lo tuyo y que no te puedes dejar comer la merienda. Probablemente, si cedes de forma inconsciente a pelear desde ese personaje, se te aparecerán en frente personas críticas, que serán las voces que intentas callar: "¡no sabes pelear, te dejas comer la merienda, deberías tener más carácter, a ver si haces algo y me defiendes!... o bien al revés: ¡"eres muy agresivo, das miedo, deberías calmarte porque así no se puede hablar contigo!... etc"

Hasta aquí todos hemos visto muchas veces esas actitudes en nosotros mismos, las hemos observado, ¡¡¡pero no cambian!!!. Entonces ¿por qué no cambio, si las estoy observando?

Bien, la cuestión aquí es ¿QUIÉN las observa? y ¿QUIÉN es la fuente de esas frases tan dolorosas? ¿no es acaso EL JUEZ que ha decidido que La Guay es su referente (lo cual es una referencia externa, pues es una imagen creada por la sociedad y asumida por los individuos), y que la Chunga es contra la que hay que luchar?

Si estamos identificados con esta dualidad, es posible que estemos identificándonos con el juez, y que estemos observando desde ahí, por eso no se mueve la identificación. Pero cuando ese juez es observado, cuando es observada la fuente de todas esas expectativas y rechazos, entonces tengo la oportunidad de poder observar toda la pila completa, y así sí, se convierte en combustible. Una pila que solo tiene un lado positivo, no es una pila, no funciona. Pero una pila con sus dos lados es portadora de energía.

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