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Mostrando entradas de mayo, 2013

Padres del sistema

Viviendo en un mundo como éste, las emociones frente a la evidencia de lo que está sucediendo se agolpan entre la rabia, la indignación, la tristeza o la impotencia... No hay ser humano con un mínimo de sensibilidad y preocupación por lo que le rodea, que no las sienta.  Últimamente he visto muchas personas que cierran el debate asumiendo que la humanidad es como es, que no puede cambiar. También he hablado con otras que creen que todo va a ir a mejor y que vamos a transformarnos en ángeles humanos en una nueva sociedad iluminada. Y yo siento dentro de mí un poco de ambas, y todo de ninguna.  No tengo ninguna respuesta. Antes esta sensación me destruía, quería salvar al mundo, tener una gran idea que ayudara a dar esperanza. Pero, de pronto, todo ha cambiado. No tengo ninguna respuesta. No sé si la humanidad puede o no cambiar. No sé si, cambiando profundamente, la sociedad sería diferente; aunque supongo que lo sería, también dudo de que lo haga. Antes pensaba que

Autoritarismo en tiempos de crisis

Ayer, viendo una película sobre la segunda guerra mundial, recordé el peligro que los tiempos de crisis suponen a la hora de que supuestos “salvadores” aparezcan con ideas autoritarias que podrían sacarnos del desastre. Ellos parecen saber qué es lo que necesita un país, y suele estar muy identificado con el nacionalismo. Visten al sistema, al mismo sistema, de nacionalismo. Eligen un culpable. Fomentan el miedo y el odio a ese culpable, y después crean una supuesta solución que, por supuesto, pasa por elegirles a ellos.  Personalmente, no creo en nadie que proponga soluciones, porque no creo que las haya. Sin embargo, creo que lo único que podemos hacer es negar y dejar de fomentar lo que es evidentemente perjudicial. En mi opinión, la negación de lo que ya hemos probado y ha resultado un desastre, debería ser total y firme; pero seguimos buscando entre cenizas, a ver si queda alguna brasa que nos devuelva el éxito y esplendor que añoramos.  Quizás deberíamos plantearn

¿Cuál es tu talento?

Ninguna persona es igual a otra. Cada ser humano tiene algo único que aportar. La crisis pone de manifiesto nuestras capacidades; sin embargo, parecemos seguir insistiendo en pertenecer a un sistema que nos ha sumergido en la decadencia, en la tristeza de vivir amarrados a trabajos que no deseamos, que nos alienan como personas.  El sistema nos ha convencido de que tenemos que ser competitivos, poderosos, exitosos, ¡ricos!; pero la carrera de esa batalla nos ha quitado las fuerzas, nos ha convertido en algo muy poco humano.  Sabemos que no funciona, ¿por qué seguir insistiendo? ¿por qué no pensar un poco en el origen? ¿cuál es mi talento? ¿qué hago que me hace sentir pleno/a? ¿qué es lo que disfruto? ¿qué hago que ningún otro puede aportar de la forma que lo hago yo?   ¿A qué tengo miedo? ¿a la pobreza? ¿a no poder ganarme la vida?... dado que las alternativas son tan poco prósperas y tan esclavas ¿por qué no probar a vivir de otra forma? ¿por qué no probar a vivi

La presión a los empleados

Fragmento del Capítulo 15 de "El Círculo Económico" “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida” Miguel de Cervantes Uno de los puntos fundamentales que está realmente masificado en un número considerable de empresas hoy en día, es “la presión” a la que se ven sometidos los empleados, y también los propios jefes y propietarios. Pero vamos a hablar de cada uno por separado, puesto que cada uno sufre sus características propias.  La presión es esa sensación que se constituye dentro de uno, gracias a las amenazas externas, cuyo principal ingrediente es el miedo. Ésta puede tener varios grados; sin embargo, el más común es el grado suficiente como para que el miedo dirija nuestros actos laborales.  Empleados Las situaciones pueden ser muy diversas. Vamos a poner