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Mostrando entradas de junio, 2012

¿La verdadera responsabilidad?

Utilizamos de forma tan común esta palabra para decir de nosotros mismos que somos “responsables” o “irresponsables”, que ni siquiera nos detenemos a descubrir cuál es el objeto de nuestra responsabilidad, cuál es el baremo por el que medimos la presencia o ausencia de la misma.  “Yo soy muy responsable con mi trabajo”, solemos decir. Eso significa que hacemos las tareas que nos corresponden, que no dejamos nada pendiente y que cumplimos fielmente con las normas establecidas. Vamos a poner como ejemplo un caso que quizás algunos tachen de radical, y que sin embargo yo encuentro muy significativo, porque puede ser un ejemplo muy visible debido, precisamente, a la radicalidad de las circunstancias. Supongamos un soldado nazi en pleno florecimiento del partido. Una persona íntegra, correcta, responsable. El soldado recibe órdenes de sus superiores que le indican el trabajo a realizar: conseguir expulsar al mayor número posible de judíos de Alemania. Como él es muy “responsable” cump

Dar y Recibir

Hay una apreciación bastante lógica sobre la economía que, a pesar de la evidencia de sus bases, es extrañamente aplicada en la práctica habitual, y es que el dinero debe fluir de donde hay, hacia donde no hay . Algo tan sencillo y tan lógico que parecemos haberlo olvidado y, sobre todo, ignorado durante muchos años atrás. Nos hemos acostumbrado a funcionar justamente de la forma contraria: "dinero llama a dinero", dice el refranero popular. Las entidades financieras solo prestan su dinero a aquellos que ya lo tienen, y si alguien es poderoso y rico, es más probable que reciba los favores de aquellos que se encuentran en su "corte" de bufones y esclavos.  Podríamos comparar este flujo de dinero con el curso de un río. La naturaleza le ofrece el cauce por el cual el agua llegará a los afluentes, dejando así la posibilidad a las tierras aledañas de tener el riego necesario para las cosechas. Sin embargo, cuando secamos ciertas zonas que por naturaleza son húmedas,

Intervención del Presidente Mújica (Uruguay) en Río

¿Por qué nos dejamos dirigir por el miedo?

El líder nazi Hermann Goering, testificó lo siguiente en los juicios de Nuremberg: " Naturalmente, la gente normal no quiere la guerra... Pero, después de todo, son los líderes del país quienes determinan el modo de obrar, y siempre existe una forma sencilla de arrastrar a la gente, tanto en una democracia como en una dictadura fascista, en un parlamento o en una dictadura comunista... Lo único que hay que hacer es decirles que están siendo atacados y acusar a los pacifistas de falta de patriotismo y de poner en peligro al país. Funciona igual en todos los países."

El Castigo

“ Cuando plantas una lechuga, si no sale bien, ¿castigas o culpas tú a la lechuga? No. En cambio, haces preguntas y tratas de entender por qué no está creciendo bien. Tal vez necesite más sol o menos sol, minerales, un abono diferente, o más agua. ¿Por qué habrías de culpar a la lechuga? Aún así, cuando tenemos un problema con nuestros amigos, o con la familia, o con la gente en general, ¿acaso no culpamos casi siempre a la otra persona? En cambio, si nos centráramos en ayudarlos, crecerían bien como la lechuga. Culpar, castigar, intentar persuadir usando la razón y los argumentos, nada de esto funciona. Pero la comprensión sí, funciona. ” Thich Nhat Han

La Felicidad Interior Bruta