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Mostrando entradas de agosto, 2012

Buenos ejemplos

Mi amigo Florencio tiene 67 años, y es una de las personas más jóvenes que conozco. Lleva la vida vibrando en sus ojos. Se emociona cuando habla de injusticias y de sentimientos. Opina que nadie debería irse a dormir un solo día sin haber hecho algo bueno por los demás. Dice que no entiende por qué los jubilados de España no están compartiendo más con los jóvenes, que es momento de hacer un esfuerzo conjunto. Florencio me enseña todos los días cosas nuevas. Tiene frases propias y frases de otros. Habla de historia, la está aprendiendo poco a poco, dice que antes no le interesaba, y que a sus años está descubriendo la belleza de aprender.  Me está enseñando a comprar mejor, a no despilfarrar, a ser más consciente con el dinero y también con la comida. Sus enseñanzas, después, cuando las practico, coinciden con mis teorías sobre Economía Consciente, y entonces descubro que, efectivamente, la misma vida es un círculo, -como el económico del que tanto hablo-, y que cuando pones en pr

Copiando malos ejemplos

"Cuando los españoles vamos a otros países tenemos que pagar la asistencia o lo hace nuestra Seguridad Social", explica el director de la Cartera Básica de Servicios del Sistema de Salud , dice una noticia en EL PAÍS, y yo me pregunto: ¿y no sería mejor que el resto de países copiasen de nuestro sistema, y no retroceder en lo que ya hemos avanzado? ¿por qué esa costumbre de compararnos cuando queremos poner leyes que disminuyen los derechos de los ciudadanos? ¿que lo haga otro ya es razón para que también lo haga yo?  Es curioso, pero ésta es una técnica que utilizamos todos con mucha frecuencia. Si alguien es injusto conmigo, yo soy injusto con él. ¿Por qué nos rebajamos copiando aquello que nos disgusta? ¿por qué hacemos lo mismo que aquellos de los que protestamos?

Recortes Nacionales; Recortes Individuales

Creo que es importante que examinemos algo que está en la mente de todos: las políticas de recortes. Todos las conocemos, sin embargo, nos es mucho más difícil darnos cuenta de que nosotros mismos también las aplicamos. Necesitamos ver que, cuando recortamos nuestros gastos de familia sin conciencia, es decir, “recortando por recortar”, simplemente por tener menos gastos, estamos haciendo exactamente lo mismo que los recortes gubernamentales. Este tipo de actuación es comparable a los “remedios” como la quimioterapia, que para arrancar la mala hierba, matan también la buena. Obviamente, el recorte sin conciencia no es la solución. Cuando cortamos gastos familiares sin tener en cuenta más que “ahorrar por ahorrar”, lo que estamos haciendo es lo mismo que vemos tan injusto a nivel nacional. Nuestras políticas individuales de recortes dejan sin ingresos a comercios y empresas que tienen que cerrar, igual que los recortes del gobierno dejan sin ingresos a ciertos sectores de la soc