"Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r
¿Es posible una Economía cuyo punto de partida no sea la necesidad y el miedo? Comparto mi visión acerca de lo que exploro en mi propia vida.
Amiga mia, te acabo de escribir un comentario largo en tu blog. No sé si aparecera mas tarde. Pero aqui te lo envio tambien, por si acaso, quizas tu lo puedas poner:
ResponderEliminarEl mejor discurso que he oído en mucho tiempo. La gran paradoja es que la Constitución de Estados Unidos se basa en la felicidad del ser humano, en la igualdad y la libertad y, sin embargo, es el país que más consume y en el que más se trabaja. Aqui se vive para trabajar y no, al contrario, se trabaja para vivir. De esta manera no tenemos una esencial libertad, no tenemos una sincera y auténtica igualdad (y no me refiero al igualitarismo, que es otra cosa, sino a la equidad humana desde la perspectiva de los valores de caridad y amor); no tenemos una sustentable y firme felicidad (se nos escapa la solidaridad y el tiempo nos consume trabajando como un estancado autómata hacedor de lo material y no de lo espiritual)... Y este es el modelo que prima para el mundo occidental... Lo que la Realidad Viviente nos está planteando es la vital e imperiosa necesidad del cambio, pero un cambio humano, profundo, un cambio de cultura, verdaderamente amplio, enrumbar el camino hacia el firme propósito de la felicidad, y de la humildad en nuestra relación con la naturaleza... Y una de las cosas peores no es que "las fuerzas que hemos desatado nos están dominando", no, sino que no nos interesa, y no queremos que sea de otra manera... A la economía no hay que ponerle freno, sino educación y reglas muy humanas, que nos permitan la convivencia y el desarrollo acordes con crear cada vez más el deseo de amar. Algo así como funciona el tránsito vehicular en cualquier ciudad del mundo. En otras palabras, uno es libre de desplazarse al lugar que quiera, pero tiene que cumplir las reglas de tráfico (parar en la luz roja, seguir con la verde, tener precaución cuando te ponen la amarilla; parar en los pares, para que pase el peatón o pase el que viene antes que uno; ir por las sendas que te marcan las señales; y en fin, una serie de conocimientos prácticos que todo el mundo, les guste o no, tiene que cumplir para no tener accidentes, y para que no haya un caos. Y así nos podemos trasladar y desplazar a cualquier lugar, y aprovechamos la mejor energía y tecnología automotriz para hacer un viaje feliz, seguro y con garantías de llegar (si hay imprudencias vienen los accidentes y las tragedias)... Así, sencillamente, debería funcionar el viaje y el desarrollo económico, y estas reglas tienen que hacerse inviolables; tienen que hacerse dirigidas a la mejor manera de "consumir" amor, libertad, hermandad, honestidad; de "consumir" los mejores momentos en la vida de cualquier ser humano... Esta es la única economía, la única ciencia y tecnología; la única filosofía, fe y sentido de creatividad que la humanidad tiene que proponerse. Este es el único camino que nos puede salvar: la búsqueda genuina y auténtica de la felicidad.
Gracias, mi amiga Laura, por tu hondo sentido humano de la vida, y gracias, por supuesto, a estas breves pero eternas palabras del presidente Mujica, de Uruguay.
Un abrazo, Manuel
Totalmente de acuerdo contigo Manuel. Es más, creo que la economía, al igual que todas las demás cuestiones esenciales de la vida, tiene sus propias "normas naturales", su propio curso, obviamente, para encontrarlo, es necesario ser consciente de lo que uno hace, y hoy en día estamos muy lejos de trabajar en esa dirección. Suerte que hay personas como el señor Mújica, que nos proporcionan una luz y la esperanza de que haya muchos más como él en el poder, y que se hagan escuchar.
ResponderEliminarAbrazos
Laura