"Queremos hacer las cosas tan bien, tan bien, que no nos damos cuenta de que, cuando las hacemos "como el culo", estamos relajando las extrictas posiciones de nuestro diseño. El que quiere hacerlo todo tan tan bien, acaba expresándose como constreñido, robótico... sin espontanéidad.
Otros, se quieren relajar tanto con el diseño, o excluirlo tanto, que al final les sale "como el culo" lo que tiene que ver con la estructura, con el orden, porque si negamos el diseño nos quedamos sin estructura.
El caos que aviva la espontaneidad, y el orden que da estructura, están al mismo tiempo.
El caos que aviva la espontaneidad, y el orden que da estructura, están al mismo tiempo.
Para abrazar a otro, lo hacemos con dos brazos. Desde mi auto-referencia, cuando voy hacia el contexto, voy con dos brazos. Asumiendo la paradoja, la contradicción, orden y desorden, reglas y caos..."
El A-brazo del Andrógino
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