Ir al contenido principal

DE R echa

Cuando podemos observar lo que transita otro, desde un observador de mayor velocidad, estamos observando desde un rango de frecuencia que traspasa las fronteras del otro en cuanto a ese tema concreto se refiere. La palabra DErecha suma 45, y nos está enfocando justamente a esa franja que está más allá de los valores y normas de 4. La palabra izquierda suma 114. Puede que en un momento observe desde aquella franja de trastienda, hacia un observador que se encuentra en una percepción de rangos inferiores (comparación-competencia, protección...etc) Entonces, desde ahí, veo “muy claro” lo que le sucede, aparentemente.

Tomo esta situación en lo externo, como si fuera un mapa que se despliega de lo que sucede en mi propio inconsciente, y entonces puedo explorar las coordenadas de lo que me está sucediendo internamente, y enlazar con el Emisor Vacío para que se puedan reordenar todos estos elementos.

Una gran diferencia es si me da carga lo que veo, o no me da carga. Si me da carga, la situación me está hablando de mi propio punto ciego, de modo que si me fijo en todo lo que yo sugiero que el otro debería hacer, me está hablando de mi punto ciego. También está la forma en la que observo esa situación. Ahí puedo verme el deseo de imposición de mi perspectiva más veloz. Poder detectar todo esto, va permitiendo que haga combustible y desmantelación de la propia derecha (45) referenciada en la dureza del pasado, desvalidando en lugar de friccionando. Aunque desde aquel observador se vea claro el error del otro, solo el otro tiene la respuesta, el tiempo y la forma que precisa para transitarlo y hacer combustible de ello. Esta comprensión va desendureciendo el aspecto derecha que cree que conoce lo que es mejor para los demás. Es más, poder detectar este observador para su desmantelación, abre potenciales nuevos de relación con el otro, no desde decirle lo que yo creo que debería hacer, sino desde enlaces de conexión nuevos que aclaran la perspectiva de ambos observadores, a medida que se va limpiando de ser interferida por el deseo de que el otro mueva ficha para que yo no tenga que sentir mi propia carga.

Cuando me posiciono en el observador de menor velocidad, entonces percibo que el de mayor velocidad me quiere imponer su percepción, y lo tomo como una amenaza. Esta percepción de imposición se da, porque desde esa menor velocidad, (Izquierda suma 114) busco validación externa a mis propios movimientos. 

Desvalidar la referencia externa va haciendo madurar a la izquierda para que pueda tomar más y más auto-referencia. Así va desvalidando a esa derecha en modo pasado y va permitiendo que ésta vaya tomando su función de generación. 

Fragmentos de los Desarrollos Lógicos Individuales de Laura F Campillo: http://elcirculoeconomico.blogspot.com.es/p/desarrollos-logicos-individuales.html

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El palo en la rueda

Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar a su propia verdad. Se acostumbra a poner su esperanza en el futuro, y a vivir un presente que prepara constantemente lo que le falta al ahora. “A mí no”... ,-dice- “a mí no me puede pasar lo que a otros les sucede”. Y observa a esos “otros” que no pueden alcanzar lo que él tiene. Y dice “soy afortunado”. “Cumplo con los preceptos necesarios para que a mí no, a mí no me pase”. Y así uno, pedalea en su bici, en esa dirección, observando a los lados de la carretera a los caídos. “Lástima, les pasaré unas monedas”. Y sigue avanzando. Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado. Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe? Y sigue pedaleando... -Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer) Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo