Ir al contenido principal

EL GASTO DEL DESDOBLAMIENTO Gastos en Incoherencia




"Nos enfocamos, pues, en esta situación que hemos descrito al final del capítulo anterior: me encuentro en una situación de incoherencia, porque mi inconsciente empieza a enviarme una información para un lado, y los programas y mi mente me envían información para otro. Intuitivamente quiero ir para “allá”, y lo concreto, lo conocido, me dice que vaya para “acá”.

Por ejemplo, uno de los temas más comunes que sucede cuando la persona empieza a mirarse hacia dentro y a cansarse de las vías que tiene fuera, es que ya no le apetece, como antes, salir a tomar algo con los amigos de siempre, ir de vacaciones, ir al cine o al teatro...etc. El “ocio” (16 3 9 16= 44) es tan común en esta sociedad, que se toma, paradójicamente, casi como algo “obligatorio”, de modo que si alguien no siente ganas de realizar estas actividades, el entorno lo puede ver como síntomas de “depresión” o tristeza: “algo te está pasando”, “estás cambiando”, “no estás bien”, “ya no te diviertes como antes”, “tienes que estar más positivo, anímate”... etc.

Todas estas frases que escuchamos de seres queridos, producen en nosotros una “pre-sión” que, puede ser, para no sentirla, abramos una experiencia más, abramos una vía de desdoblamiento en obediencia con el programa.

Lo que la persona aún no ha visto en este tránsito, es que no le apetece tomar estas vías porque se trata de aperturas temporales que nos llevan a experimentar el desdoblamiento y la distorsión; es decir, son experiencias que parten de una energía (6) de necesidad, o deseo, o miedo... etc. Para las personas que están viviendo este desdoblamiento y aún no se plantean nada más, estos gastos no están en incoherencia, pues simplemente están satisfaciendo una necesidad que no está en contradicción interna. Lo que van a sentir, obviamente, es que esas necesidades no se completan nunca, y van a seguir abriendo y abriendo experiencias, una y otra vez, hasta que se cansen de ello.

Sin embargo, los que ya se cansaron de ello, que son los que nos ocupan aquí, puede que por un tiempo entren a aceptar estas vías del desdoblamiento, porque la obediencia a los programas es fuerte. Se sienten atados a “cumplir” con el programa, porque sienten miedo de las consecuencias, a salirse de la manada, a ser considerado “malo”, o “raro”...etc. De modo que entran a experimentar estas vías de desdoblamiento, con sus correspondientes gastos, si los tienen. Los gastos económicos que se producen en una de estas vías, es lo que hemos denominado “gastos del desdoblamiento”.

Resumiendo, abrir espacio-tiempos de desdoblamiento cuesta tiempo y dinero. Si decido abrir una de estas vías movido por el deseo, o por la necesidad de cubrir un faltante interior, o por culpa, o por miedo...etc., mientras que algo internamente me está pidiendo una transformación, entonces podré darme cuenta de que estoy gastando TIEMPO y, probablemente, también dinero, en algo que me mantiene en incoherencia. De esta forma me quedaré sin tiempo y, probablemente, también sin dinero, para hacer las cosas a las que tendría que estar dando mi atención para poder hacer una verdadera y genuina transformación. "


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El verdadero "fluir de la vida" y la "acción genuina"

 Fragmento del libro "LOS FOTOGRAMAS INVISIBLES: La Observación y la Economía en Convergencia", de Laura Fernández Campillo. ¿Qué diferencia hay, pues, entre el “fluir de la vida” y “dejar las cosas al curso de la vida”? Bien, con lo que yo he denominado fluir de la vida, para entendernos, incluyo un fluir interno, y no solo un supuesto fluir externo. Por ejemplo, puede que me diga: “quiero aprender a bailar”. Siento que quiero hacerlo. Sin embargo, me encuentro con un montón de inconvenientes cada vez voy a apuntarme a clases de baile.  *Primero no encuentro dinero suficiente ,  *después no encuentro tiempo , porque me surgen muchos y variados “compromisos” que me incomodan…etc.  *Y finalmente no puedo ir a bailar y me digo: “bueno, será que no tengo que bailar, lo que la vida me pone delante es lo que es”.  Y esta última frase tiene una gran verdad, y una gran trampa. La gran verdad es que lo que la vida me pone delante es lo que es ; es decir, la vida me es