Ir al contenido principal

No "en-cajas".... (Jeff Foster)

"¡No vas a encajar, nunca!
Acéptalo. Nunca vas a encajar. ¡Y eso es algo maravilloso!
Y existe una muy buena razón por la cual nunca encajarás. No hay tal cosa como 'encajar'.
Mira, los objetos encajan. Las cosas encajan. Las piezas de concreto encajan en los agujeros. Los bloques de madera en sus contenedores.
Los humanos no pueden encajar, a menos que se hayan reducido a sí mismos a bloques, a piezas; a menos que se hayan entumecido ante la vida, ante la aventura y ante la siempre presente posibilidad de transformación.
Los humanos se relacionan. Los humanos sienten. Los humanos experimentan la vida de primera mano, tocan la vida en donde ésta se está dando, tienen actitudes y perspectivas que están siempre cambiando; impulsos y deseos que están en constante transformación. Algo que está vivo y lleno de vitalidad no puede 'encajar', independientemente del gran esfuerzo que se haga. Justo ahí está la trampa y la libertad.
¿El secreto? Todo el mundo está intentando encajar, y nadie siente que esto sea posible... ¡incluso cuando aparentemente encajan! Encajar es imposible cuando te haces consciente de que estás vivo y que por eso mismo, no eres ningún ser fijo o sólido.
Porque incluso si estuvieras destinado a encajar, incluso si finalmente te aceptaran dentro del club, ¿a qué costo tendrías que pagar tu salud mental, tu cordura, tu paz interior, tu despertar? ¿Tendrías que asumir un determinado rol para encajar? ¿Exprimir tu preciosa vitalidad? ¿Aquietar tus más profundos anhelos e ímpetus? ¿Tendrías que comportarte? ¿Desempeñarte? ¿Ser un chico o chica sumamente amable o 'espiritual'? ¿Decir siempre las cosas correctas? ¿Esconder lo que realmente sientes? ¿Dejar de hacer preguntas? ¿Intentar ser algo que no eres?
¿Alguna vez quisiste realmente encajar? Si hubieras sido aceptado, querido, aprobado por los demás con el papel que estuvieras representando, con el personaje que cuidadosamente hubieras diseñado, con el 'yo' que hubieras estado sosteniendo, te hubieras sentido satisfecho? Rodeado de un elenco de miles de personas, representando un rol vacío y desprovisto de toda verdad, ¿no te habrías sentido aún como aislado, como lejos de tu hogar? Aún en una relación perfecta, y habiendo sacrificado tu libertad interior, ¿no querrías liberarte de nuevo?
Ha sido en verdad delicioso, ingenioso, perfecto e inteligente que nunca hayas sentido que encajas. Esto significa que siempre estuviste vivo, que siempre fuiste único e irremplazable, diseñado para resistir cualquier etiqueta, incapaz de ser detenido o reducido a cualquier tipo de categoría.
Parafraseando a Groucho Marx: jamás querrías pertenecer a ningún club que te aceptara como miembro, costara lo que costara"
- Jeff Foster

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El palo en la rueda

Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar a su propia verdad. Se acostumbra a poner su esperanza en el futuro, y a vivir un presente que prepara constantemente lo que le falta al ahora. “A mí no”... ,-dice- “a mí no me puede pasar lo que a otros les sucede”. Y observa a esos “otros” que no pueden alcanzar lo que él tiene. Y dice “soy afortunado”. “Cumplo con los preceptos necesarios para que a mí no, a mí no me pase”. Y así uno, pedalea en su bici, en esa dirección, observando a los lados de la carretera a los caídos. “Lástima, les pasaré unas monedas”. Y sigue avanzando. Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado. Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe? Y sigue pedaleando... -Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer) Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo