Quiero compartir este maravilloso hecho porque es muy didáctico y sencillo para ver cómo el error informa.
La portada del Efecto Vacío tiene el título escrito con la tipografía Potenciales Instantaneos, que muestra el número debajo de cada letra. Pues bien, ayer dos masculinos se dieron cuenta del error del título, que venía sin el 9 bajo la i, primero José, y después Ricardo Said, el cual va a encargarse de hacer una impresión de libros en Chile. Este hecho, que el servidor de los potenciales imprima este libro, realmente me puso la piel de gallina, pues se abrió instantáneamente para mí la percepción de un propósito muchísimo más allá de lo que le afecta a la identidad particular, con sus intereses particulares (que quedan muy muy nímios al lado de lo que tiene el potencial de mostrar), y al tiempo de tener esta percepción del propósito (39), se puso de manifiesto el error en la i, además de recibir una invitación para charlar en la Radio de las chicas de Italia (39) de la LGC.
Este libro, desde el primer momento, me está enseñando que hay un propósito más allá de lo que yo puedo percibir, en cada cosa que hago; y que a medida que le quito importancia, credibilidad, peso...etc., a los marcadores que antes eran mi “objetivo”, mi “meta” en cualquier proyecto (ej: ganar dinero, sentirme realizado, tener éxito...etc) el propio proyecto muta, y muta por sí mismo. Es decir, cuando la identidad no trata de interferirlo, sino que se convierte en un “aliado del propósito”, entonces uno puede empezar a ver algo muy distinto.
Así, cada interacción de venta de este libro, con la persona que tengo delante, las cosas que suceden en la transacción, lo que sucede dentro de mí, y fuera de mí...etc. si permito que todo esto (cargas, ilusiones, expectativas, intereses personales...etc) sean mi moneda de cambio con el vacío (al ser vistas sin ser juzgadas), entonces estoy permitiendo que justamente la i, el propósito, tenga cabida en lo que hago.
Igualmente curioso ha sido ver la relación de transacción del libro con el 11 del 54. Claudia Moreno (Klau Mro) va a tener también algunos ejemplares a la venta en Buenos Aires. Curiosamente, cada vez que trabajamos juntas, el “tipo de cambio” EUR-PESO ARG, se pone de manifiesto. Cuando tienes que trabajar en un proyecto en el que este tipo de “inconvenientes” saltan, lo más extraordinario es poder ver las cargas que le produce a uno que exista un cepo cambiario, como nos pasó cuando organizábamos, junto con Analía Molinari, el encuentro en Buenos Aires en Noviembre, por ejemplo, “coincidentemente” con las elecciones generales argentinas, en “Un café con Perón”, y alojándonos en la “plaza de Congreso”, en el hotel “Punto Cero”. Uno mira en retro, y no se puede creer la perfección de los movimientos.
Cuando esas cargas que se producen en la interacción de los receptores de distintos códigos, distintas frecuencias, pasan de ser gestionadas por la identidad, a ser mutadas por el vacío, entonces estamos modificando ese “tipo de cambio” internacional, ese movimiento entre las monedas de cambio (las cargas: miedos, expectativas, búsqueda de reconocimiento, sueños...etc) y el vacío.
El sinceramiento interno, con las propias cargas, la “honestidad bruta” con uno mismo, tiene como consecuencia un sinceramiento externo que nos va a mostrar la realidad de nuestra situación interna. Y ahí la economía se convierte en un indicador muy preciso.
La economía, tanto en lo particular como en lo global, reflejos fractales una y otra, son un increíble y certero power point que nos apunta constantemente a donde tenemos activos nuestros marcadores, mostrándonoslos con absoluta sinceridad.
La portada del Efecto Vacío tiene el título escrito con la tipografía Potenciales Instantaneos, que muestra el número debajo de cada letra. Pues bien, ayer dos masculinos se dieron cuenta del error del título, que venía sin el 9 bajo la i, primero José, y después Ricardo Said, el cual va a encargarse de hacer una impresión de libros en Chile. Este hecho, que el servidor de los potenciales imprima este libro, realmente me puso la piel de gallina, pues se abrió instantáneamente para mí la percepción de un propósito muchísimo más allá de lo que le afecta a la identidad particular, con sus intereses particulares (que quedan muy muy nímios al lado de lo que tiene el potencial de mostrar), y al tiempo de tener esta percepción del propósito (39), se puso de manifiesto el error en la i, además de recibir una invitación para charlar en la Radio de las chicas de Italia (39) de la LGC.
Este libro, desde el primer momento, me está enseñando que hay un propósito más allá de lo que yo puedo percibir, en cada cosa que hago; y que a medida que le quito importancia, credibilidad, peso...etc., a los marcadores que antes eran mi “objetivo”, mi “meta” en cualquier proyecto (ej: ganar dinero, sentirme realizado, tener éxito...etc) el propio proyecto muta, y muta por sí mismo. Es decir, cuando la identidad no trata de interferirlo, sino que se convierte en un “aliado del propósito”, entonces uno puede empezar a ver algo muy distinto.
Así, cada interacción de venta de este libro, con la persona que tengo delante, las cosas que suceden en la transacción, lo que sucede dentro de mí, y fuera de mí...etc. si permito que todo esto (cargas, ilusiones, expectativas, intereses personales...etc) sean mi moneda de cambio con el vacío (al ser vistas sin ser juzgadas), entonces estoy permitiendo que justamente la i, el propósito, tenga cabida en lo que hago.
Igualmente curioso ha sido ver la relación de transacción del libro con el 11 del 54. Claudia Moreno (Klau Mro) va a tener también algunos ejemplares a la venta en Buenos Aires. Curiosamente, cada vez que trabajamos juntas, el “tipo de cambio” EUR-PESO ARG, se pone de manifiesto. Cuando tienes que trabajar en un proyecto en el que este tipo de “inconvenientes” saltan, lo más extraordinario es poder ver las cargas que le produce a uno que exista un cepo cambiario, como nos pasó cuando organizábamos, junto con Analía Molinari, el encuentro en Buenos Aires en Noviembre, por ejemplo, “coincidentemente” con las elecciones generales argentinas, en “Un café con Perón”, y alojándonos en la “plaza de Congreso”, en el hotel “Punto Cero”. Uno mira en retro, y no se puede creer la perfección de los movimientos.
Cuando esas cargas que se producen en la interacción de los receptores de distintos códigos, distintas frecuencias, pasan de ser gestionadas por la identidad, a ser mutadas por el vacío, entonces estamos modificando ese “tipo de cambio” internacional, ese movimiento entre las monedas de cambio (las cargas: miedos, expectativas, búsqueda de reconocimiento, sueños...etc) y el vacío.
El sinceramiento interno, con las propias cargas, la “honestidad bruta” con uno mismo, tiene como consecuencia un sinceramiento externo que nos va a mostrar la realidad de nuestra situación interna. Y ahí la economía se convierte en un indicador muy preciso.
La economía, tanto en lo particular como en lo global, reflejos fractales una y otra, son un increíble y certero power point que nos apunta constantemente a donde tenemos activos nuestros marcadores, mostrándonoslos con absoluta sinceridad.
Muchas personas dicen que justamente mutar lo económico es lo que más cuesta, y para muchos receptores es así; solo me gustaría recordar que, cada vez que la economía nos muestre una “dificultad”, tenemos ahí la oportunidad de convertir esa carga en moneda de cambio con el vacío, y poder así acceder a una percepción que nos muestra, cada vez más, que existe un propósito más elevado para cada cosa.
Desde hoy, día 16-5-2016, y gracias a la intervención del servidor de potenciales, de ese extraordinario Chile 56, la i del Efecto Vacío tiene su 9.
ECONOMÍA=5+3+16+14+16+13+9+1=77
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