"Lo que yo soy, más allá de los programas mentales, pone atención en
lo que dice el más tonto de los tontos, y no tiene pretensión ninguna de
hacerle cambiar de opinión, o de instruirle en la verdad, o de
explicarle que está equivocado y cómo debería estar viendo las cosas, o
de ignorarle intencionadamente. Al contrario, sus palabras suelen
ofrecer una gran información.
No hace esfuerzo alguno por dar explicaciones sobre cómo se ve desde su perspectiva, por convencer al otro de que lo vea “como lo veo yo”.
No hace esfuerzo alguno por dar explicaciones sobre cómo se ve desde su perspectiva, por convencer al otro de que lo vea “como lo veo yo”.
Lo que yo soy, más allá de los programas mentales, observa al más
radical de los radicales, y no hace esfuerzo alguno por transmitirle lo
“muy confundido que está” y cómo debería pensar para ser una persona
moderada.
Lo que yo soy, más allá de los programas mentales,
simplemente observa al otro, lo respeta, lo comprende. Y en la
observación de todos los “intrusos mentales” que saltan mientras el otro
habla o actúa, estoy, aunque no lo pretenda, participando de su
transformación.
Cuando me dejo llevar por los pensamientos que
me ofrecen los intrusos, entonces entro en el conflicto; sin embargo,
cuando observo, los pensamientos que llegan de mi esencia original para
participar de la conversación, son siempre convergentes, lo cual no
quiere decir que no sean fuertes y firmes, pues también son capaces de
causar un ciclón."Los Fotogramas Invisibles: La Observación y la Economía en Convergencia
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