Ir al contenido principal

¿CÓMO OBSERVAMOS?

La OBSERVACIÓN viene siendo uno de los temas que más preguntas recibe, y entiendo que, por lo menos para mí, es el tema más importante de este proceso, pues puedo convertir la observación en un esfuerzo más, o puedo encontrar la sencillez de la observación consciente y sin esfuerzo, y relajarme y vivir el proceso de forma mucho más simple.

La OBSERVACIÓN va, eso sí, totalmente unida con la SINCERIDAD BRUTA (como dice mi suegra). Es muy sutil a veces cómo nos decimos: “va, no, no me molesta eso”... y tiro para adelante... pero la realidad es que sí, me molestó. Ahí entra la SINCERIDAD BRUTA. Veo que me molestó, y ahí está mi FRONTERA. Ahí me detengo, y eso es lo que, al ser detectado, produce los mayores cambios. Sin ningún esfuerzo. No lo quiero cambiar, no lo quiero entender... solo detecto.

Uno de los primeros inconvenientes que parecemos encontrarnos, en la OBSERVACIÓN de la que hablamos, es que "la mente quiere observar y controlar la observación". Mientras la mente quiera observar, la verdadera observación no se produce, pues no le pertenece a ella este ejercicio. Así que, ¿qué hago? pues sencillamente observo que estoy haciendo un esfuerzo mental. Observo que estoy queriendo entender. Observo que estoy queriendo tener la razón y salir vencedor del conflicto. Observo que estoy culpando...etc. Primero todo eso, porque si hay mucha maraña, no voy a poder entrar de buenas a primeras en las sensaciones, en las cargas.

De modo que, si no acepto que mi visión del asunto la tengo que entregar, no puedo comenzar la verdadera observación. Es decir, si un tema viene y viene a la cabeza, es porque estoy queriendo entenderlo, o porque estoy queriendo tener la razón, o porque estoy convencido de que como lo veo, es como es correcto. Si “estoy cargado de razones”, entonces, simplemente estoy “lleno de cargas”. Estos personajes son los que interrumpen la verdadera observación.
De modo que, primero de todo: ACEPTO que mi visión actual es errónea ¿por qué es errónea? pues simplemente porque me mantiene en un conflicto. De modo que estaré navegando por algún programa. Bien, acepto que no estoy viendo la situación como es, así que, la suelto. Suelto el rollo mental porque ya entendí que, por muchas vueltas que le dé a mi lavadora mental, con ese pensamiento compulsivo y lleno de cargas no voy a encontrar la solución.

A partir de ahí, ya puedo empezar a observar las cargas, porque el pensamiento no me está interrumpiendo de forma constante y violenta. Si viene un pensamiento de culpa, observo la carga, si viene la ira, observo la carga, si viene el miedo, observo la carga... etc. Solo DETECTO y SUELTO. Y ahí empieza a despejarse el asunto. Esta observación es completamente SIN ESFUERZO, y SIN CONTROL mental.

Esto es sumamente importante: Mi mente va a tratar de ir en busca del miedo, para tratar de eliminarlo, y en ese esfuerzo lo va a mantener. Solo lo aleja temporalmente, después vuelve. Sin embargo, si simplemente observo lo que se me presenta en la cabeza y en las sensaciones, no controlo mentalmente mi observación, cuando aparece el miedo, solo lo observo, lo permito, lo dejo que sea, no intervengo, y no hago nada más. Entonces sí empiezan a desmembrarse las cargas. Pero si está el deseo de eliminarlas, conseguimos lo contrario. El ánimo de esta observación es más bien de DESCUBRIR al miedo (o a cualquier otra carga), y no de destruirlo.

Solo permito que las imágenes que vengan a mi cabeza, de forma espontánea, y sus cargas, sean observadas. No las intento modificar, ni salir de ellas, sino que me las permito. Observo desde el lugar en el que soy consciente, no desde el lugar en el que hago esfuerzos por observar y por controlar la observación.
En resumen, creo que lo principal es soltar el querer entender la situación, y soltar las múlples razones que nos damos a nosotros mismos. Si observo cómo controlo mentalmente, y observo cómo quiero tener la razón, eso se suelta, y puedo ver las cargas y aligerar el asunto.

La buena noticia es que, a todas nuestras quejas internas “es que yo no sé observar, lo veo muy difícil, eso es muy mental”....etc... todas ellas, simplemente pueden SER OBSERVADAS. Todo pensamiento que te llega puede SER OBSERVADO, y en ese detectar, YA está perdiendo su fuerza.
www.unkido.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El palo en la rueda

Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar a su propia verdad. Se acostumbra a poner su esperanza en el futuro, y a vivir un presente que prepara constantemente lo que le falta al ahora. “A mí no”... ,-dice- “a mí no me puede pasar lo que a otros les sucede”. Y observa a esos “otros” que no pueden alcanzar lo que él tiene. Y dice “soy afortunado”. “Cumplo con los preceptos necesarios para que a mí no, a mí no me pase”. Y así uno, pedalea en su bici, en esa dirección, observando a los lados de la carretera a los caídos. “Lástima, les pasaré unas monedas”. Y sigue avanzando. Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado. Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe? Y sigue pedaleando... -Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer) Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo