Ir al contenido principal

La exploración de los modelos


Permitir que se desarme en las mentes el modelo referente, abrirse a otras formas posibles, igualmente hermosas en sus diferencias. Es curioso, porque a veces peleamos con el afuera para que deje de sostener un modelo de referencia que no hemos desvalidado dentro nuestro. Necesitamos que otros lo desvaliden, porque no lo hemos desvalidado internamente. Pero el ejercicio es distinto cuando yo mismo he puesto en duda ese modelo en mí, y posteriormente voy hacia el afuera, a seguir observando esa desarticulación de la referencia. Uno ahí no necesita destruir lo que ve afuera.

Un modelo es solo el diseño de una posibilidad. Por ejemplo, la posibilidad de estar delgada. Es muy distinto cuando el modelo pasa a ser un referente, y si me paso del peso de referencia de mi modelo, entro a frustrarme. ¿Quién sostiene entonces el modelo referente? ¿Necesito que la sociedad suelte el modelo, o necesito yo soltar esa referencia? Quizás ambos movimientos vayan realmente más asociados de lo que creemos.

Los modelos, los diseños, son solo eso, diseños de distintas posibilidades.
La belleza toma miles de formas, pero la primera belleza es la que se origina de la liberación de la rigidez de las referencias, la que otorga libertad a la expresión de nuevas coherencias.

Observo mis “regordeturas” y empiezo a verlas hermosas. No es un proceso de auto-convencimiento, sino el resultado de poner en duda aquellos “deberías ser delgada”. Un proceso espontáneo producto de dudar de las referencias rígidas.

Abrir la posibilidad de otros modelos, no precisa descalificar modelos anteriores. La delgadez, por ejemplo, es solo una posibilidad más.

No precisas destruir el modelo vigente, que quizás te excluye, para que tu modelo sea incluido. Simplemente, quizás, precisas poner en duda la propia rigidez de tus referencias, y comenzar a validar tu propio modelo, diferente, jugar con él, explorar lo que es y como es, y dar a luz el valor agregado que todo modelo incluye.

Diría José Mataloni “riega tu bonsai”. Quizás sea una planta pequeña, y crece lento, pero te hará disfrutar de tu propio modelo, de lo que surge de ti, y del proceso de crecimiento de la planta. Quizás al principio no sea comprendida, porque precisa de tu propia comprensión, e inclusión, que es su riego. Es el RieSgo de asumir que la existencia de uno tiene una evolución en asumir que lo externo me desafía para mi propio crecimiento y madurez.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El verdadero "fluir de la vida" y la "acción genuina"

 Fragmento del libro "LOS FOTOGRAMAS INVISIBLES: La Observación y la Economía en Convergencia", de Laura Fernández Campillo. ¿Qué diferencia hay, pues, entre el “fluir de la vida” y “dejar las cosas al curso de la vida”? Bien, con lo que yo he denominado fluir de la vida, para entendernos, incluyo un fluir interno, y no solo un supuesto fluir externo. Por ejemplo, puede que me diga: “quiero aprender a bailar”. Siento que quiero hacerlo. Sin embargo, me encuentro con un montón de inconvenientes cada vez voy a apuntarme a clases de baile.  *Primero no encuentro dinero suficiente ,  *después no encuentro tiempo , porque me surgen muchos y variados “compromisos” que me incomodan…etc.  *Y finalmente no puedo ir a bailar y me digo: “bueno, será que no tengo que bailar, lo que la vida me pone delante es lo que es”.  Y esta última frase tiene una gran verdad, y una gran trampa. La gran verdad es que lo que la vida me pone delante es lo que es ; es decir, la vida me es