Cuando
el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar a
su propia verdad. Se acostumbra a poner su esperanza en el futuro, y a
vivir un presente que prepara constantemente lo que le falta al ahora.
“A mí no”... ,-dice- “a mí no me puede pasar lo que a otros les sucede”.
Y observa a esos “otros” que no pueden alcanzar lo que él tiene. Y dice
“soy afortunado”. “Cumplo con los preceptos necesarios para que a mí
no, a mí no me pase”. Y así uno, pedalea en su bici, en esa dirección,
observando a los lados de la carretera a los caídos. “Lástima, les
pasaré unas monedas”. Y sigue avanzando.
Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado.
Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe?
Y sigue pedaleando...
-Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer)
Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo, con su rodilla herida, con un dolor extrañísimo que nunca antes sintió, con la sensación de estar en un lugar que no le corresponde, porque “a mí no, a mí me corresponde caminar en bici por la carretera”... se pregunta asustado y herido... ¿dónde estoy? ¿cómo es que caí? ¿qué hice mal?
Algunos, desde ahí, se acostumbran a fingir... se acostumbran a hacer con que van en bici. Quizás uno se haga selfies haciendo con que monta... porque lo importante es que los demás vean que sigo en bici, que yo puedo, que pertenezco... aunque la radiografía sea transparente, y la sonrisa del selfie sea una expresión patética de la realidad.
"Nunca una palabra honesta... ", dice Coldplay en Viva la Vida. https://www.youtube.com/watch?v=-PgNHp1ucY0
Se nos olvida asumir el suelo, la caída, la herida... y perdemos la lágrima legítima por una sonrisa de photoshop. Aún a sabiendas de que todo está expuesto... ¿Dónde quedó la verdad? Es muy dificil, entonces, relacionarse entre máscaras que pretenden ser vistas y admiradas. "mira lo bien que me va" ¿Dónde quedó la realidad?
Ahí, donde extrañas las palabras honestas.... ahí estás.
Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar su propia verdad. Pero cuando es lo suficientemente inteligente como para entender que la vida le está enseñando a recuperarla, observa a los caídos de las márgenes de la carretera y se ve a sí mismo en ellos. Se observa a sí mismo tras la aparición del palo en la rueda y se descubre, y descubre la cantidad de deseos que tiene plantados en el futuro, en un futuro que siempre quiere más. Si uno es lo suficientemente inteligente para aprovechar la caída, va a encontrarse con su verdad, y con ese constante deseo de fingirse, que le limita la naturalidad.
La esperanza que has puesto en el futuro, viene siempre acompañada de su inseparable miedo a que esas expectativas no se cumplan; sin embargo, la confianza en la vida no tiene contrario, y en su inteligencia y su enseñanza, siempre emite en el presente. Quizás sacar la esperanza del tiempo, y poner confianza en el presente, tenga efectos altamente recomendables para aprender de la caída, porque nos permite descubrir la conciencia que nos está educando, y el extraordinario golpe de libertad que viene con ella. Libre de la imagen esclava del pertenecer, libre de caer en el error, libre de perder y no cumplir... libre de uno mismo, o de lo que creía ser. Libre de la esclavitud de las metas... Ser libre para equivocarse y nutrirse del error. Libre para defraudar, y libre para sorprender.
¿Puede haber más grande regalo de la existencia?
Gracias, amigo palo en la rueda...
Día 129 del año
Ni por su imaginación se pasa verse a sí mismo a través de ellos. Es solo algo externo que pareciera errado.
Quizás no supieron llevar sus vidas “como dios manda”. Quizás lo merecen, o quizás es mala suerte... ¿quién sabe?
Y sigue pedaleando...
-Ups!!! pataplaf!!! (ruido de alguien al caer)
Un palo se metió en la rueda de la bici. Y mientras uno está en el suelo, con su rodilla herida, con un dolor extrañísimo que nunca antes sintió, con la sensación de estar en un lugar que no le corresponde, porque “a mí no, a mí me corresponde caminar en bici por la carretera”... se pregunta asustado y herido... ¿dónde estoy? ¿cómo es que caí? ¿qué hice mal?
Algunos, desde ahí, se acostumbran a fingir... se acostumbran a hacer con que van en bici. Quizás uno se haga selfies haciendo con que monta... porque lo importante es que los demás vean que sigo en bici, que yo puedo, que pertenezco... aunque la radiografía sea transparente, y la sonrisa del selfie sea una expresión patética de la realidad.
"Nunca una palabra honesta... ", dice Coldplay en Viva la Vida. https://www.youtube.com/watch?v=-PgNHp1ucY0
Se nos olvida asumir el suelo, la caída, la herida... y perdemos la lágrima legítima por una sonrisa de photoshop. Aún a sabiendas de que todo está expuesto... ¿Dónde quedó la verdad? Es muy dificil, entonces, relacionarse entre máscaras que pretenden ser vistas y admiradas. "mira lo bien que me va" ¿Dónde quedó la realidad?
Ahí, donde extrañas las palabras honestas.... ahí estás.
Cuando el ser humano se acostumbra a la mentira, después le cuesta encontrar su propia verdad. Pero cuando es lo suficientemente inteligente como para entender que la vida le está enseñando a recuperarla, observa a los caídos de las márgenes de la carretera y se ve a sí mismo en ellos. Se observa a sí mismo tras la aparición del palo en la rueda y se descubre, y descubre la cantidad de deseos que tiene plantados en el futuro, en un futuro que siempre quiere más. Si uno es lo suficientemente inteligente para aprovechar la caída, va a encontrarse con su verdad, y con ese constante deseo de fingirse, que le limita la naturalidad.
La esperanza que has puesto en el futuro, viene siempre acompañada de su inseparable miedo a que esas expectativas no se cumplan; sin embargo, la confianza en la vida no tiene contrario, y en su inteligencia y su enseñanza, siempre emite en el presente. Quizás sacar la esperanza del tiempo, y poner confianza en el presente, tenga efectos altamente recomendables para aprender de la caída, porque nos permite descubrir la conciencia que nos está educando, y el extraordinario golpe de libertad que viene con ella. Libre de la imagen esclava del pertenecer, libre de caer en el error, libre de perder y no cumplir... libre de uno mismo, o de lo que creía ser. Libre de la esclavitud de las metas... Ser libre para equivocarse y nutrirse del error. Libre para defraudar, y libre para sorprender.
¿Puede haber más grande regalo de la existencia?
Gracias, amigo palo en la rueda...
Día 129 del año
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