Cuando entramos en el nivel vincular, tarde o temprano nos aparecen conflictos por ausencia o por exceso de "normas". Al no haber una dirección, lo que aparentemente es muy "libre", muestra sus carencias, y al haber un exceso de mandato, lo que aparentemente es muy ordenado, reconoce sus límites ante algo que lo trasciende. Los conflictos de convivencia nos van a mostrar cómo están construidos los límites "legales" de cada uno de los intervinientes. La comunicación lineal en la vida concreta, va a requerir de normas, y vamos a poder conocer en profundidad qué es lo que hay detrás de las mismas, qué les mueve, y permitir una refuncionalización de los cauces que generan.
La Ley y las reglas con las que manejo mi vida concreta, según veo ahora, serían una serie de parámetros, de medidas, de límites que están marcándome por dónde ir, qué dirección tomar. Cada persona, por su educación, por su familia, por su entorno... etc, tiene unos u otros marcadores que van generando sus propias reglas, su propia ley. Tenemos una percepción acerca de la ley misma, de las reglas, de forma que algunos las toman en forma impositiva, y otros buscan alejarse todo lo posible de las mismas.
Según voy viendo en este momento, no es lo mismo la imposición o el mandato, que la regla, pero si las tenemos “pegadas”, y tenemos el concepto de que la regla es un mandato, es probable que necesitemos desprendernos de las reglas para no sentir los mandatos, que no es otra cosa que una lógica basada en “premio-castigo” con la que he de cumplir, o transgredir.
Las reglas, desde una perspectiva neutra, yo las veo como un camino que toma una dirección. La cuestión es “quién” pone y bajo qué parámetros, esa dirección.
Cuando las reglas son un mandato, o cuando las reglas simplemente están indicando una dirección, tenemos situaciones muy distintas. La imagen que se ha construido con muchas reglas asociadas a mandato, puede que busque desesperadamente deshacerse de ellas, porque asocia libertad a no tener reglas, puede encontrar en ellas un enemigo, de modo que la persona puede quedar sin dirección en el ámbito concreto.
Cuando las reglas están referenciadas a una imagen con la que tengo que cumplir, a una moralidad, a un “premio-castigo”, tenemos una situación muy distinta a la que surge cuando ponemos reglas en coherencia a la posibilidad que queremos desarrollar.
Nuestra “ley” toma una referencia que tiene el permiso de soltar los valores que la constituyeron, y se reconstruye bajo parámetros que no están esperando cumplir con las expectativas generadas por aquellos valores.
Cuando voy asumiendo la propiedad de lo que me producen los límites que hacen saltar las “reglas” a las que “tengo que” someterme en la vida concreta, entonces estos parámetros pueden expandirse, reformularse.
Puedo percibir la norma como algo externo y otorgar la responsabilidad de lo que la norma me produce, a lo que tomo como creador de la misma; pero también existe la posibilidad de abrirse a percibir internamente el límite, asumir la propiedad de aquel sentir y aquella lógica que construye lo que siento que la norma me limita, y en aquel asumir, permitir la expansión del paradigma que los conforma, y trascender aquel límite, en disponibilidad a recibir un paradigma más amplio que viene a trascender al anterior.
Así pasamos del “me limitas”, al “me apuntas al lugar en el que me estoy limitando”. El “sistema” va dejando, poco a poco, de ser un enemigo, si lo tomamos como aquello que nos marca dónde tenemos instalados nuestros límites, y permitimos que algo que trasciende a ese sistema, los expanda.
Nuevas preguntas activan este proceso de encuentro con las lógicas que están sosteniendo nuestra "legalidad" como individuos particulares. ¿Qué lógica sostiene mi ley? ¿En qué forma se expande? Se va a producir entonces, un proceso inverso al que estamos acostumbrados: la ley externa me genera los límites y es la causa de la incomodidad que siento. Ya sea la ley con la que me educaron mis padres, el colegio...etc.. ¿Y si pasamos a la inversa? Es decir, la vida me va a señalar dónde tengo límites "legales" internos, y me permite, al generarme una fricción, que la lógica de mis leyes pueda expandirse. La lógica legal del receptor, desde dentro, puede entrar en un proceso de refundación.
Las situaciones de la vida me van a recordar cómo tengo construido mi "sistema legal" interno.
Ampliaremos el foco en este tema en el próximo grupo de trabajo:
http://www.unkido.com/grupos-de-trabajo
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