Ir al contenido principal

Ri-que-za

Lo importante no es lo material, es el amor”... hermoso ¿no? o pasteloso, dependiendo de quien lo mire. Tenemos infinidad de frases que, si bien apuntan a algo sólido, si no tenemos la base real de aquello a donde apuntan, se convierten en una contradicción en el ser humano, que, si bien parece creer en ellas, no se corresponde la coherencia con su realidad.

El acceso a tener conciencia de los parámetros lógicos que conforman el espacio-tiempo es algo completamente diferente, porque nos ofrece bases sólidas para reconocer que la Riqueza (101) es, efectivamente, el acceso a esta conciencia espacio-temporal, y no los elementos materiales que tengo en el contexto. No es un convencimiento, no se precisa “creer” en ello para “crear”. Quien resuena y tiene esta disponibilidad, va a encontrar un Interés profundo, apabullante, por este tipo de invitación a descubrir lo que hay detrás de la construcción de su vida, del espacio-tiempo, aunque no entienda muchas cosas. Abrirse al futuro implica despegarse de las heridas del pasado, de susceptibilidades y ofensas que nos mantienen en lucha con la perspectiva que viene a abrir nuestros parámetros. 

No es lo mismo, por tanto, el acceso lógico del que estamos hablando, que el convencimiento de que el ser humano es abundante por naturaleza, ni sustentarse sobre un pensamiento de riqueza. La presentación que yo comparto de la Economía no tiene nada que ver con ese planteo que toma una idea como sostén, para transitar mejor la vida. Respeto absolutamente el planteo y a quien lo elija, y en según qué tránsito y receptor, seguro que le ofrece una experiencia maravillosa; simplemente, lo que nosotros presentamos es un acceso totalmente diferente a la comprensión de aquella abundancia a la que el otro planteo apunta. Son miradas diferentes, en instancias diferentes; ninguna “mejor” que la otra, sino distintos accesos de profundidad de la conciencia.

La Riqueza que ofrece esta herramienta de acceso a un mapa del inconsciente, que nos permite ubicar e identificar los elementos, o ingredientes que forman parte de lo que nos construye, desde mi punto de vista, es infinita. Riqueza infinita que refina la integridad del individuo que se abre a ella. Riqueza que no corrompe, sino que redefine, porque ofrece una nueva finalidad. Riqueza que observa lo corrompido, y tiene la suficiente coherencia como para escanearlo en neutralidad y con ternura, permitiendo que la corrupción sea combustible, en lugar de referente. Riqueza que permite la presencia de todos los elementos que habitan el inconsciente, sin excluirlos, ni etiquetarlos. Riqueza que permite al humano que la porta, DINAMIZAR su percepción desde lo concreto hasta lo abstracto, y viceversa. Ri-que-za que reformula al "que", en el cuadro a cuadro desde el futuro (desde la z a la a) en RI. La Riqueza de incluir al 0 dentro del contexto (11), y poder percibir a la identidad que doy valor, mi valor profundo, despegarse, fundirse y refundarse en combustión hacia otra configuración. 

Por eso, si uno observa, se da cuenta de que la vida es coherente y sabia, y contiene una lógica con la que moviliza las experiencias, que viene a refinarnos, a transformarnos, a pulirnos, como el agua moldea las piedras. Tomamos al Futuro como amenaza, a la vida como castigo, cuando aún no sabemos decodificarlo. Mi sugerencia, entonces, es que si resuenas con esta perspectiva, no temas no entender, no temas un lenguaje desconocido, porque no vienen a exluirte, sino justamente a ofrecerte la Riqueza de una perspectiva que te pertenece a través del género humano. El capullo no se hace flor si no se abre, si le teme al rayo de sol. 

http://www.unkido.com/economia-dinamica 









Comentarios

Entradas populares de este blog

El Masculino, el Femenino y el Dinero

  "Equilibrio" Dibujo de José Mataloni EL DAR Y EL RECIBIR: MASCULINO Y FEMENINO Muchas personas dicen que se sienten más cómodas dando que recibiendo, por tanto, en ellas existe una programación mental previa para dar y no tanto para recibir. Recibir es la energía femenina. La naturaleza es una viva expresión de esta energía. La naturaleza recibe la energía del sol, que es masculina, y le otorga la vida. La naturaleza recibe, y al mismo tiempo da sus frutos. De hecho, utilizamos la palabra “natural” cuando queremos expresar que algo sale sin esfuerzo, como si fuera en la esencia de uno mismo. También decimos: “ es mi naturaleza ”, cuando queremos expresar que hacemos algo simplemente porque nos sale, como una vocación, o entregar una mano amiga o nuestro cariño cuando verdaderamente tenemos el impulso por el corazón. La naturaleza es un gran espejo en el que poder observar nuestra propia energía femenina. Durante cientos de años la energía femenina ha quedado r

DAR SE

Cuando das con la finalidad de recibir (reconocimiento, cariño, pertenencia, aprobación, validación...etc.), llegará un momento en que, al no recibir, uno cree que está “dando de más”, “que es tonto por dar a quien no lo merece”... etc... y quizás tenga razón en la superficie, pero en lo que sucede en lo profundo, es que está teniendo una finalidad no vista. Creía que estaba “dando de corazón”, pero estaba dando para recibir. La cuestión no es cuánto das, sino desde dónde das. Porque ese “desde dónde”, si no recibe, va a acabar culpando al afuera de que no le da lo que merece, de que no es visto, no es tenido en cuenta. Simplemente, no me veo, no me tengo en cuenta, y doy para recibir atención, aprobación, cariño... necesito que el afuera me diga que soy lo que yo mismo no puedo ver de mí, y si no la recibo, es “el otro” el culpable de no reconocer mi valía, valía que, yo mismo no puedo ver y por eso “obligo” al otro a que me reconozca. La generosidad de quien se posiciona en su valenc

El verdadero "fluir de la vida" y la "acción genuina"

 Fragmento del libro "LOS FOTOGRAMAS INVISIBLES: La Observación y la Economía en Convergencia", de Laura Fernández Campillo. ¿Qué diferencia hay, pues, entre el “fluir de la vida” y “dejar las cosas al curso de la vida”? Bien, con lo que yo he denominado fluir de la vida, para entendernos, incluyo un fluir interno, y no solo un supuesto fluir externo. Por ejemplo, puede que me diga: “quiero aprender a bailar”. Siento que quiero hacerlo. Sin embargo, me encuentro con un montón de inconvenientes cada vez voy a apuntarme a clases de baile.  *Primero no encuentro dinero suficiente ,  *después no encuentro tiempo , porque me surgen muchos y variados “compromisos” que me incomodan…etc.  *Y finalmente no puedo ir a bailar y me digo: “bueno, será que no tengo que bailar, lo que la vida me pone delante es lo que es”.  Y esta última frase tiene una gran verdad, y una gran trampa. La gran verdad es que lo que la vida me pone delante es lo que es ; es decir, la vida me es