Hace años me presentaron a una persona que, al poco de conocernos comenzó a describirme con todo lujo de detalles varias discotecas ibicencas. Por aquel entonces yo tenía tantas ganas de ir a Ibiza, que le escuchaba con la boca abierta y con el deseo de poder ir algún día a darme una fiesta histórica. Cuando terminó de relatarme yo ya tenía en mi mente 20.000 imágenes de la isla, y entonces le pregunté: “¿Cuándo estuviste?”, y me dijo: “No, yo no he estado nunca, es que tengo tantas ganas de ir que registro todo lo que me cuenta todo el mundo que ha estado”. Cuando por fin pude ir no me pareció para tanto. Había creado tantas imágenes acerca del lugar, que la realidad me confundió. Eso es algo que nos sucede constantemente, tenemos tantas imágenes de lo que debería ser, de lo que soñamos, de lo que somos... que cuando alguien nos habla de lo más sencillo, lo ignoramos esperando fuegos artificiales. Esto sucede mucho en los temas de conciencia. La mente ha creado tant...
¿Es posible una Economía cuyo punto de partida no sea la necesidad y el miedo? Comparto mi visión acerca de lo que exploro en mi propia vida.