(Fragmento del libro "El Espíritu Económico")
Ya hemos visto que uno de los primeros inconvenientes que nos encontramos cuando queremos dejar de sentir temor, es "la doble capa": “el miedo al miedo”, ese traicionero juzgador interno que nos hace sentirnos estúpidos por estar nerviosos, temerosos, preocupados... etc. A él es a quien debemos ir en primer lugar, y tener muy muy claro, que es una “voz trampa”, una voz que no procede de nuestro verdadero Ser Interior. Cuando uno comienza a no darle credibilidad, la voz comienza a callarse. En la vida todo funciona así: aquello a lo que otorgas tu atención, tu credibilidad, le das tu fuerza... Pero si comienzas a no creerte a aquella voz que te autocondena, y cada día le quitas un poco de su alimento, que es tu atención, podrás comprobar cómo no le quedará más remedio que marcharse.
Puedo detectar fácilmente al pensamiento que me dice que los demás piensan que soy tonto, o al pensamiento que me crea mil y un temores, como “voz trampa”, pues tu Ser Interior jamás podrá llamarte tonto, tu Ser Interior jamás te va a juzgar, tu Ser Interior nunca te va a exigir, tu Ser Interior nunca te va a comparar con otra persona, tu Ser Interior nunca va a decirte que lo que los demás piensan de ti... simplemente, porque tu Ser Interior es Amor. De modo que estas voces trampa te mantienen en la creencia de que nunca haces las cosas del todo bien, que siempre pudiste hacer otra cosa mejor. Estas voces te mantienen en el dolor. De modo que podemos comenzar por identificarlas como algo “externo” a nosotros mismos, e ir quitándoles el enorme poder al que están acostumbradas a recibir. Suelen tener toda la creencia por nuestra parte, les damos la razón y nos autoconvencemos, y si no, nos intentamos convencer de lo contrario: “yo valgo, yo puedo, yo lo conseguiré”... pero, si no me lo creo, de nada sirve que me diga todo esto en mi interior. Si realmente creo que no valgo, sirven de muy poco todas estas frases “en positivo”.
Quítale tu poder a todo aquello que te perturba, quítale el poder a los pensamientos que te juzgan, que te mantienen en el sufrimiento de creerte menos, o incapaz, y verás que no vas a necesitar ningún tipo de frase alentadora para creerte mejor persona, pues tú no eres comparable con nadie, sino que simplemente Eres lo que Eres, ni más, ni menos.
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