¿Se han fijado en esas conversaciones en las que los interlocutores se pelean por ver quién de los dos es el que tiene peor suerte en la vida? Cuando uno dice: “No sabes lo que me duele la cabeza”, y entonces llega el otro y le dice: “Eso no es nada, a mí me duele todo el cuerpo”. Me pregunto por qué razón el ser humano tiene ese afán de ser el mejor, incluso de la desgracia. Queremos llevar la razón, ser los primeros, ser más importantes, ser más y más y más... y finalmente gana el más tonto. Esta sociedad está basada en la competitividad, y cuanto más la miro, más absurda me parece. ¿Para qué competimos? ¿Es realmente para sobrevivir? ¿Es necesario negarle el plato de comida a uno para que sobreviva otro? ¿Para qué todos los títulos, las menciones, los premios y los honores, si ni siquiera sabemos cooperar? ¿Qué nos diferencia entonces de los animales, si nos basamos en la misma ley del más fuerte que prima en la selva? ¿De qué nos sirve entonces un cerebro, si el uso ...
¿Es posible una Economía cuyo punto de partida no sea la necesidad y el miedo? Comparto mi visión acerca de lo que exploro en mi propia vida.